jueves, 2 de agosto de 2012

CANCION CON TODOS...LOS TRAPOS


Un hincha de Boca de las primeras décadas del siglo pasado, admirador del  arquero Américo Tesorieri,  pensó que la mejor manera de expresarlo era tomar un ritmo de murga y cambiarle sensiblemente la letra. Así le rindió honores al portero señalando su fantasiosa virtud de contener tiros desde los doce pasos acomodado en un asiento. Podría decirse que a partir de ese día nació el género musical conocido como “canto de la hinchada”.
Con versos ingenuos o palabras soeces, con frases hirientes o mensajes cargados de ironía,  quienes cultivan esta forma de expresión  realizan un minucioso ejercicio de rima, métrica y entonación. Una vez adaptada la melodía a las necesidades requeridas la pieza rumbea hacia su bautismo de fuego, hacia la posibilidad de extenderse como canto popular en la comunidad futbolera o hacia el más oprobioso de los rechazos.
Hubo fórmulas que apelaron a la sencillez, sin necesidad de una gran elaboración: Lo vamo’ a reventar/ lo vamo’ a reventar (Tomado del original de Rodolfo Zapata “No vamo’ a trabajar”) o Dale campeón/ dale campeón (con melodía de “Los muchachos peronistas”) formaban parte del clasicismo de las hinchadas  Pero con el correr de los años el canto se transformó en un arte de expresión complejo, en una postura de identificación ante propios y extraños, tan importante como la camiseta y los trapos.
Con el auge, en la década del 70, de los programas musicales en televisión (tales como “Música en libertad” y “Alta tensión”), las hinchadas obtienen un material invalorable que en muchos casos perdura hoy en día. Tony Ronald interpretaba, por ejemplo: “El amor como el viento/ un día se va” y se reversionó como “Me parece que Boca no sale campeón/ sale el rojo/ sale el rojo/ si señor”; Francis Smith decía “Movete chiquita movete/ sacate esa timidez/ estoy hecho un demonio/ nadie me para esta vez”  y se transformó en “Movete River movete/ movete dejá de joder/ esta hinchada está loca/ hoy no podemo’ perder”. O en “La reina de la canción”: Pasa todos los días/ bailando sola en su habitación/ sueña que la descubren/ para que baile en televisión” quedó como “Muchas veces fui preso/ y muchas veces lloré por vos/ yo a Racing lo quiero/ lo llevo adentro del corazón”.
Esos eran tiempos de “Feliz domingo” en canal 9, y Marcelo Dupré interpretaba inocentemente “No, no te vayas mi amor”; las brigadas de las populares se apropiaron del estilo y lo transformaron en un emocionado canto de despedida “No, no te vayas campeón/ oh, oh, oh/ quiero verte otra vez”.
Cuando juega nuestra selección y se grita: “Vamo’, vamo’ Argentina/ vamo’, vamo’ a ganar/ que esta barra quilombera/ no te deja/no te deja de alentar”, tal vez no se recuerde el origen de la melodía. Era una propaganda impuesta por José López Rega a fines de 1974 y que decía: “Contagiate mi alegría/ y reíte como yo/ que hoy es tiempo de esperanza/ de buscarenlaunidadlapazquenosdaráelamor” (cántelo así como está escrito porque si no se pierde la melodía).   
Ejemplos hay muchos, pero si te interesa tener un amplio panorama de la creatividad tribunera ingresá a www.canaltrans.com/deportes/hinchadacanta.html.  Allí podrás consultar las canciones del club de tus amores y su vez ver en que andan los hinchas de la contra, en lo que a inspiración se refiere. Un dato interesante también es la posibilidad de leer los gritos de aliento pertenecientes a simpatizantes de equipos extranjeros, como América de Cali, el Olimpia paraguayo u Once Caldas.
Las canciones de hinchada que se generan en la actualidad tienen sus raíces en la cumbia y en grupos como Los Auténticos Decadentes, La Mosca y Los Piojos, entre otros. Pero todavía hay lugar para alguna vieja joyita. Si no pregúntenle a un hincha de Argentinos Juniors, por ejemplo qué es lo que siente cuando, con ritmo de Johnny Tolengo (el personaje de Calabró) canta: “El día que me muera/ yo quiero mi cajón/ pintado rojo y blanco/ como mi corazón”.

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