Llegó, tocó, hizo hablar a su
instrumento y se marchó. Así de simple, así de rápido, así de contundente. Con
poco más de veinte años se presentó ante el tecladista austríaco Joe Zawinul y
le espetó: Mucho gusto, yo soy Jaco Pastorius, el mejor bajista del mundo. El
líder de Weather Report lo miró de arriba abajo y se lo sacó de encima
aceptando a regañadientes una cinta que Jaco había llevado para la ocasión. Es
de suponer que al escucharla, Zawinul debió haber pensado mucho sobre la forma
de presentación de ese bajista flaco y pelilargo que desafiaba el porte
tradicional de los músicos de jazz. La incorporación no se demoró demasiado,
producto de la deserción de Alphonso Johnson. Corría 1976 y el señor John
Francis Anthony Pastorius III, el que decía ser el mejor pasó a ser la figura
estelar de aquella virtuosa y caliente formación de jazz rock denominada
Weather Report.
Patentó un sonido único, el del
Fender Jazz Bass con diapasón sin trastes, lo que le permitíó brillar no sólo
marcando bases sino también la posibilidad de volar con el bajo, de improvisar
como nadie, de generar riffs imposibles, de digitar sus cuerdas como si fuese
un punteo de guitarra. En el escenario era un saltimbanqui enloquecido
contraponiéndose a la sobriedad con la que se presentaban Zawinul, Shorter,
Erskine y Thomas. Es que Jaco no sólo decía que era el mejor sino que lo
demostraba con hechos.
La noche del 20 de agosto de 1980
el Luna Park fue un hervidero por la performance de Weather Report y en
especial por la de un Jaco encendido que durante tres horas dejó sin habla a la
multitud reunida allí. Fue el cierre extraordinario de un Festival Buenos Aires
Jazz que tuvo calidad artística adentro y apremios policiales afuera.
Jaco era tan genial como
emocionalmente inestable y las dosis de una y otra terminaron hartando a
Zawinul que lo expulsó de la banda. Lo reemplazó por otro bajista que tocaba al
estilo de Pastorius, sólo que no era Pastorius.
El hombre pasó por un
neuropsiquiátrico mientras seguía desgranando notas en big bands de poco
renombre; Jaco, el mejor bajista del mundo ya no tocaba ni con Pat Metheny ni
era el sonido inconfundible de los trabajos de Joni Mitchell. Sólo lo
acompañaban su familia y los restos de su fama. Una noche de 1987 creyó que sus
pergaminos eran lo suficientemente pesados para ingresar a un bar; sin embargo
el gerente del lugar contaba con dos elementos muy fuertes: no soportaba a los
pesados y era un experto karateca. Jaco fallecería días después a raíz de la
golpiza recibida. Tenía 36 años.
Su esposa Ingrid y sus hijos le rinden un homenaje muy sentido desde la
página web www.jacop.net: fotos de Jaco
sobre el escenario y con su gente, fragmentos de interpretaciones solistas,
recuerdos personales y una sensación de entrar al mundo de un músico notable,
del “mejor bajista del mundo” tal como decía él y con justa razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario