domingo, 2 de septiembre de 2012

HISTORIAS E HISTORIETAS

SEMBLANZA DE HECTOR GERMAN OESTERHELD ESCRITA POR ENRIQUE JONTEF PARA LA REVISTA LLEGAS EN MAYO DE 2006





Con unos bigotes inéditos y el sombrero calzado casi hasta los ojos; así caminaba por las calles el hombre de apellido alemán y  talento narrativo poco común. Corría el año 1977 y Héctor no podía darse el lujo de ir con el rostro descubierto. Era conocido, vaya sí lo era, pero también se lo consideraba, para algunos, un tipo peligroso. Había tomado una decisión y a pesar de lo inquietante del momento no iba a haber marcha atrás. Podría haber elegido pasar una vejez tranquila en su chalet de Becar junto a los suyos, pero su ideología y su militancia tardía pudo más. El “viejo” estaba en la mira, como así también sus cuatro hijas. Cuando finalmente los paramilitares lo secuestraron, creyeron que se sacaban un problema de encima. En cambio, lo que generararon fue instalar a Oesterheld en la eternidad y en buena parte de la memoria colectiva.
Héctor Germán Oesterheld nació en 1919 y cultivó desde pequeño su admiración por las obras de Salgari y Stevenson. Sin embargo, su primera vocación apuntó hacia las ciencias naturales, especializándose en Geología. Eso le permitió a Héctor realizar trabajos en la Dirección General de Minas, en YPF y en el laboratorio de minería del Banco de Crédito Industrial. Viajó por el país, pero el gusto por la aventura y la literatura seguía en pie. Por eso Oesterheld dejó la geología y se volcó de lleno al mundo de las publicaciones. Comenzó como corrector y fue haciendo sus primeras armas en la escritura. Luego, asentado ya en la editorial Abril, colaboró con la colección infantil Bolsillitos y fue creador de la revista Gatito. Un día, el director de Abril, Cesare Civita, iluminado vaya a saberse por qué luz, le propuso a Héctor que comenzase a crear guiones para historietas. Este no lo dudó y surgieron así los primeros grandes personajes de la incansable mente de Oesterheld. Empezó a publicar en las revistas Cinemisterio, Rayo Rojo y Misterix las historias de Alan y Crazy, el policial Ray Kilt y Lord Commando (la primera historieta de guerra hecha en Argentina). En febrero de 1952 fue el turno del piloto de pruebas Bull Rocket. Y el 9 de enero de 1953 se publicó El Sargento Kirk con dibujos de Hugo Pratt. Kirk era un desertor asqueado del 7mo. de Caballería y se convirtió en un renegado, llevando una vida errante a través del desierto.
En 1955 se asoció con su hermano Jorge y fundaron su propia editorial, Frontera. Editaron versiones noveladas de Kirk y Bull Rocket y en 1957 sacaron las revistas Hora Cero y Frontera.
En esos tiempos “apareció en escena” el corresponsal de guerra Ernie Pike, dibujado por el tano Pratt y con rasgos inequívocamente parecidos a los de Oesterheld.  En Pike quedaba claramente reflejado el costado humanista de Héctor Era una historieta en la que los héroes no tenían por qué ser buenos y los cobardes no debían ser necesariamente ruines y malvados. Allí el único “villano” era la guerra. Pike estba inspirado en Ernie Pyle, verdadero corresponsal de la Segunda Guerra Mundial, quien no narraba las grandes batallas sino pequeñas historias secundarias, absolutamente humanas.
La lucha de Juan Salvo y los sobrevivientes de una ciudad de Buenos Aires invadida por los Ellos; los combates de la resistencia contra los Manos, los cascarudos, los hombres-robot y los gurbos es quizás el momento cumbre de Oesterheld. El Eternauta se publicó por primera vez en la revista Hora Cero en septiembre de 1957, con dibujos de Francisco Solano López. Sin embargo la historieta tendría dos versiones posteriores en las que influirán las posturas ideológicas de su autor. Efectivamente, en 1969 salió una segunda versión del Eternauta publicada en la revista Gente, con dibujos de Alberto Breccia. En ésta la invasión era el resultado de un acuerdo traicionero entre el Norte y los Ellos, el Norte pactó para salvarse y pagó con el Sur. En la primera versión, los países del Norte y del Sur se unían solidariamente para enfrentar a los Ellos. Hubo muchas quejas de los lectores de Gente (no entendían la presencia de esa historieta en una revista de actualidad) y la editorial decidió que había que finalizar esa inquietante publicación.
Un año antes, la editorial Jorge Alvarez llevó adelante un proyecto basado en una serie de biografías, en formato historieta, de importantes hombres de América Latina y le encargaron el trabajo a Oesterheld. Salió un solo número, la vida del Che Guevara, con dibujos de Breccia padre e hijo (Enrique). El gobierno militar de entonces retiró de la venta el libro y secuestró los originales. El segundo número iba a ser sobre Evita. Nunca salió.
En 1976, Oesterheld sacó El Eternauta, segunda parte, en la revista Skorpio. Hubo desaveniencias con Solano López por el giro radical que Héctor le había dado a la lucha de Juan Salvo. Así, el escritor y el militante se convirtieron en uno solo y, en medio de un ambiente muy denso, Oesterheld, integrante de la estructura de prensa de Montoneros, tuvo que empezar a ocultarse y camuflarse.
En  www.historieteca.com.ar/Eternauta/eternauta.htm encontramos una detallada explicación de cada una de las versiones del “viajero de la eternidad”. La historieta de Juan Salvo, la historia de Héctor Oesterheld; la pasión de un personaje y la de su creador, el que creía fervientemente en que “el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo”

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